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‘El agua es un recurso limitado, si lo alteramos dejaremos de tenerlo en las mismas cantidades’
Entrevista a Tony Herrera, miembro de la Fundación Nueva Cultura del Agua
Tony Herrera es miembro de la Fundación Nueva Cultura del Agua (FNCA) que promueve un cambio en la gestión de las aguas para conseguir actuaciones más racionales y sostenibles. El pasado 12 de septiembre realizó una conferencia en la sala Era Audiovisuau de Vielha sobre los desafíos mundiales del agua.
¿Cuál es su misión desde la FNCA?
Recoger, generar y transmitir conocimiento y valores humanos para promover la adopción de la Nueva Cultura del Agua, entendida como un cambio de paradigma hacia la sostenibilidad ambiental, económica, social y cultural, de cara a una consideración ecosistémica y patrimonial del agua.
¿Qué acciones concretas llevan a cabo?
Proyectos de investigación, seguimiento de políticas relacionadas con la gestión del agua, etc. También llevamos a cabo acciones en el ámbito socio-cultural (distinciones, premios, exposiciones, etc.). Con la Universidad de Zaragoza hemos impulsado un Máster en Gestión Fluvial Sostenible y Gestión Integrada de Aguas y otros cursos en formación. Finalmente, tenemos una línea editorial propia con títulos publicados sobre la gestión del agua.
¿Cuáles son los conflictos del agua más perjudiciales que existen actualmente?
Existen conflictos como el de la construcción de la presa de Las Tres Gargantas en China, con más de 4 millones de personas desplazadas y 13 ciudades, 140 pueblos y 1350 aldeas anegadas. Sin embargo, otros como el palestino-israelí, mantienen vivo un conflicto armado que tiene mucho que ver con la lucha por recursos de agua.
¿Aquí nos salvamos?
En países como el nuestro, el conflicto del agua se hace patente entre los diferentes territorios, aunque los niveles de peligrosidad son menores. Además de centrarse en el reparto territorial y usos del agua, tienen que ver con la privatización del agua, la contaminación y alteración de los ríos y acuíferos, la construcción de infraestructuras cuestionables y la invasión de los espacios inundables de los ríos.
Hoy en día, la gente está más sensibilizada.
A veces pensamos que lo sabemos todo respecto al ahorro del agua porque casi todo el mundo ha asistido a alguna charla, visto un programa de televisión, o ha recibido algún folleto con recomendaciones.
¿Y no es así?
Cuando le dices a la gente que para producir 300 gramos de carne de ternera hacen falta una media de 4.500 litros de agua, prácticamente los mismos que para fabricar unas zapatillas de deporte o un traje de caballero, o 10 litros para un simple folio de papel, entiende fácilmente que hay otras maneras de ahorrar agua. Así que el peor hábito es el inmovilismo y la desinformación.
¿Sabe que en el Valle de Aran no se paga el agua?
A priori, no me parece mal que una población sobre cuyos recursos una determinada empresa o entidad obtiene unos beneficios, sea compensada de alguna manera. Pero el problema es bastante más complejo.
¿…?
Si el agua es un patrimonio ecosocial, un bien público, ¿a quién pertenece? Se supone que a todos. Por otro lado, puede existir una importante distorsión por un problema de escala; una empresa podría obtener un beneficio elevado generando ciertos perjuicios a una población pequeña a la que fácilmente puede compensar.
Pero si a la población le parece bien…
Si el acceso al agua no tiene ningún coste para la población, no estamos educando y sensibilizándola respecto a la importancia de esos recursos. La libertad siempre tiene un coste, si Ud. recibe compensaciones económicas de una empresa ¿se sentiría libre de denunciarla si cometiera alguna acción claramente perjudicial para el entorno?
¿Qué diría a los araneses para que se concienciaran en el gasto del agua?
El agua no sólo es un recurso limitado en cuanto a cantidad, sino que si alteramos o contaminamos los ecosistemas que fabrican esa agua, dejaremos de tenerla en las mismas cantidades. Además, el cambio climático es una realidad, por lo que los recursos que nos parecen sobrados, en pocas décadas podrían ser escasos o tener un coste económico y ambiental mucho mayor.
¿Considera que los proyectos como el Sud’Eau 2 son clave para que la gente tome conciencia y se implique en la sostenibilidad ambiental?
Proyectos como Sud’Eau 2, pueden ser un empujón para encaminarnos hacia un modelo de vida sostenible desde la toma de conciencia de la población. Lo ideal sería que ocurriese algo similar a lo que pasa con esos tweets en internet que se extienden por todo el planeta.
¿El sobreconsumo de agua conlleva al cambio climático?
Derrochar el agua en nuestros usos supone menos caudal aprovechable para producir energía hidroeléctrica, por ejemplo. También provoca que sea necesario construir más infraestructuras o bombear más cantidades de agua de un lugar a otro. Esto supone gasto de energía y emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, que originan el cambio climático.
¿Cuáles pueden ser las consecuencias?
En nuestro país, no sólo se espera que disminuyan las precipitaciones, sino que se incrementen los fenómenos torrenciales. Es decir, el agua que caiga será menor y es posible que caiga menos repartida en el tiempo y generando más daños por las fuertes escorrentías que se produzcan.
14/09/2014